Las estrellas están con Cardenales. Un día después de ganarle con el último suspiro a Universitario en la semifinal, el bolillero de la Lotería Nacional le dio una razón para seguir festejando: el 5653 salió a la cabeza, y si bien no le reportó una suma millonaria, le aseguró jugar de local el partido decisivo contra Duendes.
El detalle no es menor en un certamen que ha mostrado una abrumadora superioridad de los anfitriones en cantidad de triunfos. Eso sin considerar la ventaja emocional de jugar una final con el público a favor.
"Por suerte nos tocó a nosotros, pero esto es bueno para todos los tucumanos. Sabemos que habrá gente de otros clubes alentándonos, y eso será un gran apoyo", apuntó Felipe Billone. Los resultados de la tomografía que se le realizó fueron positivos, y no descarta estar disponible para la final.
"Para mí es mucho mejor. Cardenales es mi casa y le conozco todos los rincones. Pateando acá me siento mucho más cómodo", contestó Germán Núñez.No obstante, que sea mejor no significa que sea determinante. De las tres finales que alcanzó el "purpurado", dos se jugaron en la Silvano Bores al 400 y ambas terminaron con derrotas ante La Tablada: 21 a 16 en 2001 y 25 a 18 en 2010. La final restante (2003) la perdió justamente frente a Duendes, que se impuso en Rosario con un agónico 22 a 20. Ahora Cardenales tendrá una triple chance: la de ser el primer equipo tucumano en ganar el Torneo del Interior, la de desquitarse del campeón rosarino y la de enterrar el mal recuerdo de un Regional que estuvo a un minuto de ser suyo.